¡Qué grande es el placer de escuchar música contrapuntística, y llegar a oir todas las voces, actuando cada una por su cuenta, pero todas ellas formando parte del todo...! Desde Bach hasta Mike Oldfield, pasando por la música Dixieland o cualquier otro estilo, grupo o compositor que se precie, todas ellas son músicas fantásticas, que permiten un placer sin igual a aquel que se pare a escuchar.
Y, en otro orden de cosas, digo yo: ¿No sería absolutamente maravilloso disfrutar de un pequeño instante en que tu conciencia pudiera percibir los diferentes módulos de tu mente actuando todos a la vez, pero claramente diferenciados, del mismo modo en que puede percibir las diferentes voces en la música?
Eso sí, sólo durante un pequeño instante, por favor... Para el resto del tiempo, ya tenemos a Bach.
jueves, 25 de junio de 2009
lunes, 8 de junio de 2009
Un consejo
Cuando algo quiere salir del bote de pepinillos, mejor no jugársela: directo a la basura.
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