¡Qué grande es el placer de escuchar música contrapuntística, y llegar a oir todas las voces, actuando cada una por su cuenta, pero todas ellas formando parte del todo...! Desde Bach hasta Mike Oldfield, pasando por la música Dixieland o cualquier otro estilo, grupo o compositor que se precie, todas ellas son músicas fantásticas, que permiten un placer sin igual a aquel que se pare a escuchar.
Y, en otro orden de cosas, digo yo: ¿No sería absolutamente maravilloso disfrutar de un pequeño instante en que tu conciencia pudiera percibir los diferentes módulos de tu mente actuando todos a la vez, pero claramente diferenciados, del mismo modo en que puede percibir las diferentes voces en la música?
Eso sí, sólo durante un pequeño instante, por favor... Para el resto del tiempo, ya tenemos a Bach.
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Jajaja, eso que dices no sé si me gustaría, la verdad. Si pudiera, aunque solo fuera un instante, ser consciente de todos los módulos de mi mente, no sé si sería armonía lo que percibiría jeje. Eso sí, la música me encanta, no hay día que no pueda escuchar música. Y apreciar todas las voces en una misma melodía, de forma tan distinta y complementaria a la vez, es maravilloso. ¡Es vida!
ResponderEliminarBonito blog, un placer :)
Je, eso es lo gracioso: que, en la mente, como en la música, cada una de las partes es distinta y sigue su camino, pero sin embargo se influyen todas mutuamente y así se consigue un resultado lo suficientemente coherente y armónico como para poder disfrutar de ello. O eso creo yo, jeje.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario.